Piratas y CorsarioS

domingo, 2 de agosto de 2009



Los piratas y corsarios a fines del período colonial en América estaban pasando por su epoca de decadencia.
Ellos habían aparecido en América y en Chile en particular durante el siglo xvi durante la mejor época de España cuando barcos atravezaban el Atlántico desde la Península hacia América y por supuesto de vuelta hacia España navíos cargados de mercaderías y metales preciosos, es decir, botines apetecidos por piratas y corsarios de otras naciones enemigas de España como Ingleses y Holandeses.
Ya a mediados del siglo xviii el monopolio comercial también se fue debilitando y con ello los piratas.
En el período de la Independencia algunos extranjeros fueron convertidos en "." para prestar servicos a la incipiente República.
Otras experencias de piratas se narran a continuación:

Pedro María Ñancúpel Alarcón (Terao (Chile), 1837 - Castro (Chile), 1888), apodado el pirata Ñancúpel, fue un bandido chileno originario de Chiloé que cometió diversos robos y asesinatos en las islas Guaitecas durante la segunda mitad del siglo XIX. Después de ser capturado, fue enjuiciado y condenado a muerte, siendo fusilado en Castro.

Siglo XIX: Las costas chilenas
Al producirse la guerra de independencia de Chile, los habitantes del archipiélago de Chiloé tomaron partido por el bando realista y se enfrentaron a los independentistas en el territorio continental. Además, a partir de 1817, el gobernador de las islas, Antonio Quintanilla le dio patente de corso a Mateo Mainery y su bergantín General Quintanilla para que hostilizaran a los mercantes chilenos. A principios de 1818 la independencia de Chile estaba consolidada, pero Chiloé no pudo ser derrotado entonces y las andanzas de corso contra los chilenos y piratería contra barcos de otras banderas se extendieron hasta 1824.

Inmediatamente después de la victoria de Chacabuco, O'Higgins emprendió la creación de una Escuadra Nacional capaz de ganar y mantener el control del mar, y de escoltar y proteger una expedición militar al Perú. Paralelamente al desarrollo y organización de una fuerza naval regular, particulares, principalmente en los puertos de Valparaíso y Coquimbo, alentados por las posibilidades de fabulosas ganancias, iniciaron la armazón de corsarios.

En Chile la creación de los corsarios se debió más que nada al éxito obtenido por tres ingleses, los capitanes James y MacKay, y el ex-guardia marina Budge. En los primeros días de 1817, llegó a Valparaíso un buque neutral, trayendo la noticia de que la Minerva, uno de los transportes del convoy que bajo escolta de la Esmeralda saliera de Cádiz en mayo de ese mismo año, se encontraba en Arica, ocupada en desembarcar el valioso cargamento que portaba. Con esta noticia, los tres socios pidieron un patente de corso y decidieron emplear los últimos recursos que les quedaban en armar un viejo lanchón con una vela latina, que denominaron La Fortuna o Death or Glory. Salieron hacia Arica, capturaron a la Minerva y la usaron para continuar el corso.

0 comentarios: